COLUMNA. ¿QUÉ TAN RESILIENTE ERES?

Por |2021-01-11T17:28:51-06:0011 enero, 2021|Blog|

Columna. Contemplando la ecuación
Por Jackie Mortera, Life & Executive Coach
www.jackiemortera.com

Hoy en día una de las palabras que más escuchamos es la “Resiliencia”. Y cómo no escucharla si estamos pasando por una crisis de salud mundial, que ha afectado todos los ámbitos de nuestra vida.

¿Pero por qué es tan importante la resilencia? Partamos de su definición como tal, que es la forma en la que una persona sabe sobrellevar y sobreponerse, o superar, las adversidades que encuentra en su vida.

Se escucha fácil, sin embargo, hay una serie de factores que te pueden hacer una persona resiliente o no.

Todos tenemos momentos en los que creemos que nuestro mundo se cae, y es ahí en donde depende de cada quien lo que hagamos con esa experiencia.

La resiliencia se construye a partir de la vivencia o el sufrimiento emocional que hemos vivido, y cómo reaccionamos de una manera mentalmente estable hablando de dicha experiencia para que no afecte de más a tu vida.

¿Cómo podemos convertirnos en personas resilientes? Aquí algunos consejos:

No veas las crisis como insuperables: no podemos cambiar los hechos, ni volver el tiempo atrás, pero sí podemos ver con lo que tenemos hoy cómo poder seguir adelante sin vivir del pasado, recordar que de cualquier crisis nace una oportunidad.

Trabaja tus emociones: las emociones son el cómo interpretamos las cosas que nos pasan día a día, por lo que no podemos dejar que ellas nos dominen. Tenemos que controlar nuestras emociones para gozar de una buena salud mental.

Autoconfianza: si no confiamos en nosotros mismos, nadie lo hará en el exterior. Reconoce tus talentos y habilidades para que en un momento de crisis sepas con lo que cuentas para salir adelante.

Tomar decisiones en tiempo: actúa en el momento que se presenta una situación adversa, no por evadirla o dejarla de ver, se resolverá sola. Toma acción para cambiar el rumbo.

Acepta los cambios: resistirse a los cambios sólo te deja anclado en el problema, en el momento que aceptas los cambios como una oportunidad podrás avanzar hacia adelante.

Revisa y cumple tus objetivos: si has dejado tus metas y objetivos de lado, es momento que los retomes. Empieza por los más sencillos, así puedes avanzar a los que requieren mayor atención y compromiso.

Establece y encuentra buenas relaciones: el hablar de las cosas que te suceden con las personas adecuadas siempre es de gran ayuda, ya que te hacen ver cualidades que quizá tú no has visto en ti; de la misma forma, tú puedes ayudar a alguien más, lo cual es benéfico para tu bienestar emocional porque proporciona seguridad en ti mismo.

El ser resiliente se va trabajando a través del tiempo, aplicando estas y todas las estrategias que te puedan ayudar a salir de una situación adversa, o alguna mala experiencia.

La resiliencia es ese motor que te empujará a salir adelante y avante ante cualquier situación.


COLUMNA. EL VALOR DE LA AUTODISCIPLINA

Por |2021-01-11T17:25:22-06:0011 enero, 2021|Blog|

Columna. Contemplando la ecuación
Por Jackie Mortera, Life & Executive Coach
www.jackiemortera.com

Desde que somos pequeños escuchamos sobre el tema de la disciplina, la importancia de la misma y lo que pasa con la falta de ella.

¿Pero cómo podemos definir a este valor? La disciplina es el acto de instruir, orientar, capacitar y corregir a una persona, con base en unos lineamientos o principios éticos dentro de la familia, la sociedad en general, o de reglamentos y normas dentro de una institución, con el fin de que exista una sana convivencia.

Sin embargo, a lo largo de la vida, de acuerdo a tus experiencias y el entorno, cada quien es más disciplinado que otros y de ahí los resultados que obtiene.

La disciplina es muy importante, ya que nos habla de un orden, y en donde no hay orden el resultado es el caos y el fracaso.

Por esa razón es un valor fundamental en la sociedad y lo que ella implica: familia, escuela, empresa, comunidad, entre otras.

Pero más allá de la disciplina en general, hay otra clase de la misma que nos exige compromiso, responsabilidad y control de nosotros mismos. Esa es la autodisciplina.

Stephen Covey dijo una frase muy acertada sobre ella

“Disciplina es pagar el precio para traer esa visión a la realidad. Es abordar los hechos duros, pragmáticos y brutales de la realidad, y hacer lo que haga falta para que ocurran las cosas. La disciplina surge cuando la visión se une al compromiso”.

Bajo esta premisa, es vital ser autodisciplinados para lograr cualquier meta u objetivo en cualquier ámbito de nuestra vida, ya sea familiar, laboral, emocional o de pareja.

¿QUÉ PUEDES HACER PARA SER MÁS DISCIPLINADO?
  • Primero es importante disciplinar tu mente en cuanto a tus actitudes, comportamiento y atención.
  • Focaliza tus metas, tu atención y usa la razón para continuar con tu propósito.
  • Prioriza tus tareas y actividades de manera que la planeación se haga un hábito de vida.
  • Identifica las prioridades de cada uno de tus objetivos y después dale un orden para que fluya de manera más eficaz.
  • No busques excusas ni procrastines las actividades, recuerda que eres el dueño de esos objetivos y nadie es responsable de ellos.
  • Haz un compromiso contigo mismo para que no lo abandones en el primer obstáculo que se presente.
  • Planea tu día todos los días y plásmalo por escrito
  • Se constante en tus actividades
  • Busca un entorno competitivo que te ayude a no dejar la disciplina de lado
  • Describe qué cambios debes de hacer en tu vida para lograr tus metas
  • Si es necesario, busca modelos a seguir
  • Premia tus logros

Recuerda que, aunque a veces creas que el precio que hay que pagar es alto para lograr nuestros objetivos, al ver los resultados exitosos de los mismos te darás cuenta que vale la pena.


COLUMNA. LA RELACIÓN ENTRE AMOR PROPIO Y PROCRASTINACIÓN

Por |2021-01-11T16:57:27-06:0011 enero, 2021|Blog|

Columna. Contemplando la ecuación
Por Jackie Mortera, Life & Executive Coach
www.jackiemortera.com

¿Tienes tendencia a dejar tus tareas y responsabilidades para el último momento?, ¿mantienes la mente repleta de asuntos pendientes que no te decides a abordar?

Si este es tu caso, es muy probable que en más de una ocasión hayas sido juzgado y tachado de irresponsable o desorganizado, tanto por otras personas como por ti mismo.

Sin embargo, con frecuencia, la clave de esta situación se encuentra en la relación entre amor propio y procrastinación.

En suma, sabemos que tenemos obligaciones y tareas urgentes, pero escogemos dejar pasar el tiempo y entretenernos con cualquier otra actividad.

Todos hemos procrastinado en algún momento y ámbito de nuestra vida. Sin embargo, ciertas personas tienen una tendencia mayor a adoptar este hábito.

Así, pese a que los procrastinadores suelen ser tachados de despreocupados, irresponsables y faltos de voluntad, la realidad es que esta conducta puede estar relacionada con la falta de autoestima.

Con frecuencia, posponemos estas obligaciones porque no nos sentimos capaces de sacarlas adelante.

Nos resultan imponentes e intimidantes, nos parecen complicadas y carecemos de autoconfianza necesaria para abordarlas.

 

 

 

Por eso optamos por aplazar el momento de enfrentarnos a ellas, pensando que en el futuro estaremos más preparados.

MIEDO AL ERROR

Muchas veces la procrastinación surge porque somos excesivamente perfeccionistas y tenemos pavor a fallar.

Las personas que son demasiado autoexigentes se imponen a sí mismas unos estándares casi inalcanzables, es así que la presión que supone afrontar las obligaciones les hace aplazarlas lo más posible.

AUTOSABOTAJE

Sin duda, la relación entre amor propio y procrastinación se aprecia en las consecuencias que se derivan de procrastinar.

Es decir, aunque la persona esté aplazando sus obligaciones y dedicándose a tareas más agradables o divertidas, no puede disfrutar, ya que mantiene en la mente todos esos asuntos pendientes que tarde o temprano debe realizar.

De este modo no se permite realmente disfrutar del tiempo libre.

TRABAJA LA RELACIÓN ENTRE AMOR PROPIO Y PROCRASTINACIÓN

Entonces, si has detectado que tienes tendencia a procrastinar, revisa cómo se encuentra tu autoestima.

¿Confías en ti y en tus capacidades?, ¿te permites fallar y lo asumes sin castigarte?, ¿eres consciente de la tensión mental que te generas al aplazar tus deberes?

Sobre la base de un amor propio sólido será más sencillo atender tus tareas, ya que dejarás de verlas como una obligación y comenzarás a percibirlas como una inversión en ti mismo.

Comprenderás que trabajar con antelación libera tu mente de preocupaciones, te permite ser más eficiente y exitoso, así como disfrutar realmente de tu tiempo libre.

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