Columna. Contemplando la ecuación
Por Jackie Mortera, Life & Executive Coach
www.jackiemortera.com
Se puede decir que los patrones mentales son circuitos neuronales que vamos formando, y almacenando, en nuestra mente mediante el aprendizaje de la vida.

Son la base que condiciona el aprendizaje y la actuación de las personas; es decir, son el conjunto de estrategias o anclajes que consciente o inconscientemente tenemos en nuestro subconsciente.

También que modifican o modelan la forma en que nos enfrentamos a la vida y que pueden llevarnos al éxito o al fracaso.

Son percibidos por nuestros sentidos y fabricados a través de nuestro sistema de percepción de la información.

Los mismos actúan de manera inconsciente, y determinan nuestra manera de pensar y de actuar.

Por tal motivo, es de gran importancia saber reconocer cuáles son los que nos limitan para modificarlos y tener una mejor calidad de vida.

Muchos de estos patrones mentales son heredados y se van instalando en nuestro cerebro desde el exterior, por las personas que nos rodean y que para nosotros representan una autoridad: la familia, la sociedad, la escuela, entre otras.

El primer paso a considerar para modificarlos es tener en claro que sí es posible hacerlo.

Una vez detectados, puedes ir implantando nuevos pensamientos positivos que progresivamente vayan sustituyendo a los que quieres modificar.

DEBES CONOCERTE INTERIORMENTE
Para tener cambios importantes en la vida es primordial conocerse interiormente.

Saber porqué las reacciones que tenemos con nuestros actos dificultan el proceso de creación consciente de la realidad.

Los patrones mentales están compuestos de pensamientos, creencias, valores, sensaciones y emociones.

Por eso se dice que un determinado olor puede activar un recuerdo que estaba muy escondido en el subconsciente, o la actitud de alguien provoca enojo sin saber porqué.

Por tal motivo es importante detectarlos y volverlos conscientes.

Los patrones mentales tienen su respuesta física en el cerebro y cada vez que se forma una estructura de pensamiento nueva, también se crea una red neuronal.

Cuando hacemos generalizaciones negativas sobre nosotros, y sobre lo que nos rodea, implementamos y desarrollamos cada vez más esos patrones mentales negativos.

Muchas veces, ante una situación nueva, los patrones mentales negativos hacen que nos angustiemos sin existir ningún hecho real que lo justifique.

El catastrofismo consiste en pensar lo peor que sucederá, como: “Algo malo va a suceder”.

La sobregeneralización consiste en llegar a una conclusión sobre tu patrón de vida con base en un incidente aislado, y pensar: “Siempre cometo este error”.

La lectura de la mente consiste en pesar que sabes lo que los demás piensan. Por ejemplo: “Sé que ella no me quiere”.

La predicción del futuro consiste en creer que sabes lo que ocurrirá, como: “Voy a fallar”.

El pensamiento crítico consiste en tener ideas negativas acerca de ti, como: “Es mi culpa, soy tan tonto”.

El pensamiento en blanco y negro consiste en pensar algo que solo puede ser bueno o malo, sin un término medio. Un ejemplo sería pensar, “Ella es la peor” o “Ella es la mejor”, pero no “Ella puede ser difícil, pero sigue siendo una persona decente”.

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¿CÓMO PODEMOS CAMBIARLOS?
Puedes escoger tus pensamientos, pero no te desanimes si fracasas de vez en cuando.

En lugar de eso, si notas que esos patrones de pensamiento negativos surgen de nuevo, considéralo como otra oportunidad para resolver otra pieza del rompecabezas.

Los problemas emocionales son muy complicados y tienen varios niveles.

Pueden adquirir muchas capas y tardar años en desarrollarse, y muchos factores encajan en esta categoría.

Ser paciente y tener en cuenta que es un proceso largo te ayudará a mantener la calma cuando esos pensamientos resurjan.

Sé amable contigo mismo.
Conéctate con tu verdadero sentir.
Sé consciente de la manera de pensar.
Analiza de forma sincera si los pensamientos te llevan hacia donde deseas.
Sé consciente de cuáles son las emociones predominantes
Imagina lo que deseas experimentar en la vida.
Dedícale un tiempo específico a trabajar mentalmente en lo que deseas lograr.
Tómate un tiempo, al despertar, para sentir la energía del día y enfocarte en qué cosas agradables deseas que te sucedan.
Cada vez que sientas emociones negativas puede variar el rumbo de tus patrones mentales, pensando en algo que te produzca bienestar por pequeño que sea.
Recuerda que lo más importante de estos patrones es que solo tú los puedes cambiar, no depende de nadie mas.